mi regalo

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Hay cosas en esta vida que son imposibles de entender.

Mejor dicho, hay pocas cosas en esta vida que podemos entender.

Creo que así está mejor.

Una de tantas cosas que no entiendo es el desencuentro entre hermanos, amigos, es lo mismo. La dejadez, el abandono, la desidia, la falta de ganas y otro gran montón de motivos hace que las partes se separen y cada vez sea mucho más difícil unirlas, como en una partida de ajedrez en los peones al principio están unidos y al final cada uno salvaguarda lo que puede, o por lo menos lo procura.

La familia, como dicen en una película que no es muy seria pero dice alguna cosa que si lo es, ese gran círculo de confianza. Grande no por el tamaño, sino por su grandeza. Conozco familias grandes en las que el círculo de confianza abarca a una persona y a su perro, pero esa es otra historia. A veces el círculo se rompe, adopta la forma de huevo o de triángulo escaleno, qué mas da, lo importante es que sus miembros son capaces de recomponerlo, por mucho que cueste y formar otro círculo volviendo a abrazar al vértice del triángulo.

Todo esto viene por mi regalo de cumpleaños, como he dicho por ahí, el mejor que he tenido nunca, el que me ha hecho llorar.

Mi familia es muy grande, mis padres tiene muchos hermanos....y hermanas (que viene la ministra de igualdaaaad...). La familia de mi madre siempre ha estado muy unida, muy independientes, pero muy unidos. Son 10 hermanos, pero hasta hace muy poco, para algunos, eran 8. Por distintos motivos, hubo dos hermanos que se desvincularon de la familia y la familia finalmente los dio de lado. Las causas son lo de menos, en algunas cosas, nadie tiene razón.

Déspués de muchos años, los hermanos de mi madre dieron un paso, grande y pequeño y mi abuela dio otro, pequeño y grande. Digo pequeño y grande porque el orgullo es el orgullo, pero una madre y sus hijos...es eso, una madre y sus hijos ¡coño! (o ¡puñetas!, como decía mi abuelo (el si que era el más grande, habrá algo de él más adelante)).

Y ahí va el desenlace porque me estoy volviendo a poner a llorar.

Ayer día ocho de octubre, conocí a mi tía Ana, nunca la había visto y después de 28 años escuchando hablar de ella cuando mis tíos lo hacían a escondidas, la he conocido. A mi tío Nacho ya le conocí un día pero no volví a verle, pero sé que será pronto porque va muchos días a ver a mi abuela.

Lo siento, se me acaban las palabras, no sé como expresar la alegría que tengo dentro.

oscár ortega

Gracias a todos por dejar el orgullo en el cajón y volver a estar juntos, familia.

Por cierto, he puesto mi figura geométrica favorita, otro día os explico el motivo de que se esa.