KAFKA 02:14

Hace frío por estas calles tan prolongadas,
y a la larga creo que se me van a helar los pies.
Saco el paquete de Winston e intento encender un cigarrillo,
pero el zippo anda mal de gasolina
y se niega a dejarme fumar.

Ya no hay gente,
hace tiempo que se recogieron
a sus camas, con sus parejas, o a una manta en un cajero.
Y las paredes me ven pasar,
y están de acuerdo conmigo
en que esta ciudad es terriblemente más soportable cuando está vacía.

Las palabras no se agolpan ahora en mi cabeza,
con mis pasos las voy dejando atrás:
un reguero que te indicará el camino
si algún día quieres volver a saber dónde estoy.

Un autobús nocturno se detiene a mi lado,
y una chica gordita baja de él;
es morena, de ropas ligeras,
y las miradas del autobús se reparten entre ella y yo
mientras intento adivinar cómo será la piel de su culo,
que se dirige apresuradamente hacia un portal.

Y me vuelvo a quedar solo y pasa una ambulancia,
e imagino que soy Kafka por Praga,
o algo así.


Enrique Cortés