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n a c o
lápizenmano
A mucha distancia del siguiente, S. Pablo es el barrio olvidado de zgz por antonomasia. Popularmente conocido como "El Gancho", fue el hábitat de una constelación de gremios artesanales, opuso fiera resistencia al invasor francés y actualmente da cobijo a las clases más desfavorecidas de la ciudad. Gitanos, hispanos, musulmanes... y un nada despreciable grupo de ancianos de origen autóctono conviven en sus calles. No sin dificultad.
En el epicentro de S.Pablo, la parroquia que le da nombre. Nombre y algo más. Un reducido número de curas se deja la piel en su lucha contra la miseria. Saben que bajo una rugosa capa de analfabetismo, drogas, prostitución, violencia y pobreza extrema brilla la luz. Y la buscan incesantemente. Porque no nos engañemos: este barrio no se queda atrás de los Queens, los Bronx y los Philadelphias del otro lado del Atlántico. Es un ghetto reconcentrado que los zaragozanos evitamos en nuestras visitas turísticas y en los planes de desarrollo urbano.
El pasado fin de semana Lorenzo y yo nos adentramos por sus calles y en menos de 100 m. nos intimidaron dos veces. A diferencia de lo que ocurre en el Casco o en gran parte de La Magdalena, aquí no están acostumbrados a ver a gente de fuera.
Curioso cuando menos que quien nos traiga hasta aquí sea Jesús, un cantaor de flamenco del barrio del Gallo, enemigo histórico del Gancho. Dentro de un par de semanas rodaremos en la nave Sur: Jesús decorará con música las paredes desnudas del templo.
Y su voz rota, su voz de gayo, será lo único que se oiga en la noche del Gancho.
En el epicentro de S.Pablo, la parroquia que le da nombre. Nombre y algo más. Un reducido número de curas se deja la piel en su lucha contra la miseria. Saben que bajo una rugosa capa de analfabetismo, drogas, prostitución, violencia y pobreza extrema brilla la luz. Y la buscan incesantemente. Porque no nos engañemos: este barrio no se queda atrás de los Queens, los Bronx y los Philadelphias del otro lado del Atlántico. Es un ghetto reconcentrado que los zaragozanos evitamos en nuestras visitas turísticas y en los planes de desarrollo urbano.
El pasado fin de semana Lorenzo y yo nos adentramos por sus calles y en menos de 100 m. nos intimidaron dos veces. A diferencia de lo que ocurre en el Casco o en gran parte de La Magdalena, aquí no están acostumbrados a ver a gente de fuera.
Curioso cuando menos que quien nos traiga hasta aquí sea Jesús, un cantaor de flamenco del barrio del Gallo, enemigo histórico del Gancho. Dentro de un par de semanas rodaremos en la nave Sur: Jesús decorará con música las paredes desnudas del templo.
Y su voz rota, su voz de gayo, será lo único que se oiga en la noche del Gancho.
n a c o
lápizenmano
lo mejor era la cara de los gitanillos mientras dibujaba...
¿me lo regalas? ¿y sabrías dibujar a Camarón?jajajaja
¿me lo regalas? ¿y sabrías dibujar a Camarón?jajajaja
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