ser es más que estar

26 ene 2008

c i n e


«El cine nos descubre también los rincones del mundo. Gracias a él nos fijamos en los detalles: cómo la lluvia resbala por el cristal de una ventana; cómo un viejo limpia los cristales de sus gafas; cómo una pared blanca reverbera casi musicalmente; cómo es, de noche, el peldaño de una escalera; el cine nos enseña de verdad qué es un automóvil, cómo se mueve desde dentro y desde fuera, cómo resbala en lo húmedo, cómo choca y se derrumba; lo que es la espera, lo que es la amenaza, lo que es la ilusión; las mil maneras como puede abrirse una puerta, las incontables significaciones de una silla, lo que pueden decir los faroles; lo que es una roca, la nieve, un hilo de agua, una mata, una vela en el mar; de cuántas maneras se puede encender un cigarrillo, o beber una copa, o sacar el dinero del bolsillo: un fajo de billetes o la última moneda.


Sobre todo, el cine hace salir de la abstracción en que el hombre culto había solido vivir. Presenta los escorzos concretos de la realidad humana. El amor deja de ser una palabra y se hace visible en ojos, gestos, voces, besos. El cansancio es la figura precisa del chiquillo que duerme en un quicio, la figura tendida en la cama, la manera real como se dejan caer los brazos cuando los vence la fatiga o el desaliento. Hemos aprendido a ver a los hombres y a las mujeres en sus posturas reales, en sus gestos, vivos, no posando para un cuadro de historia o un retrato. Sabemos qué cosas tan distintas es comer, y sentarse, dar una bofetada, y clavar un puñal, y abrazar, y salir después de que le han dicho a uno que no. Conocemos todas las horas del día y de la noche. Hemos visto el cuerpo humano en el esplendor de su belleza y en su decrepitud, lo hemos seguido en todas sus posibilidades: escondiéndose de un perseguidor o de las balas, hincándose en la tierra o pegado a una pared; dilatándose de poder o de orgullo; dentro de un coche; bajo el agua; o en una mina; fundido con un caballo al galope, o paralizado en un sillón de ruedas; haciendo esquí acuático, con la melena al viento, o con unos ojos ciegos y una mano tendida, a la puerta de una iglesia. Cuando hablamos de la pena de muerte no queremos decir un artículo de un código, cuatro líneas de prosa administrativa, sino la espalda de un hombre contra un paredón, unos electrodos que buscan la piel desnuda, una cuerda que ciñe el cuello que otras veces se irguió o fue acariciado o llevó perlas. La guerra no es ya retórica o noticia: es fango, insomnio, risa, alegría de una carta, euforia del rancho, una mano que nunca volverá, la explosión que se anuncia como la evidencia de lo irremediable.»

JULIÁN MARÍAS



¿se puede decir mejor con menos palabras?
-nos vemos en el cine-

n a c o









4 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero haya alguna nueva dirección donde mandar las palomas...
Pero como hay tantas en la nueva ciudad, espero que no se pierdan, o se confundan con otras...
Espero que lleguen....

OK Ricks!

Anónimo dijo...

LOs detalles, algo tan importante en el cine como en la literatura. Creo que un escritor, como lo es Marías, debe captar muy bien los detalles. En ello radica parte de su éxito (creo yo, es una opinión).

Un beso. Marian.

Luis Amézaga dijo...

Y antes que el cine, la literatura. Nos vemos en la taquilla con la mano temblorosa ante los más de seis euros del billete y con la incógnita del producto final. ¿Alguien se compra unos pantalanos sin probárselos? Deberían dejarnos ver la película y cobrarnos a la salida, o no XD

o s a k a dijo...

anónim@ compañer@: todavía no he dado el salto, si no es en sentido metafórico (en tal caso, hace meses que me desplacé a ese lugar llamado destino). Te agradezco de corazón tus deseos.

¡¡y cuenta con esa dirección postal!!



tu opinión es Ley para mí en esta ocasión, Marián. Julián Marías era un 'crak' de la palabra, dicho sea con el mayor de los respetos...



tal y como se ha puesto el precio de la butaca, Don Luis, voy a tener que vender todas mis -devaluadas- acciones de La Seda para hacerme con una entradica. Al menos será por una buena causa: ver American Gangster por tercera vez. Lo mío es vicio : P

nos vemos en los libros

¡en los buenos libros!

n a c o
readin'scheaper

a r c h i v o

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(estamos) llamados a ser