_ ¡¡MALDITA SEA!! – gritó el muchacho – ¡ahora sí que no llego!
Trescientos metros.
La mirada fija en el puerto y en la muchedumbre que había acudido a despedirse del hombre. Ahogado, jadeante, sus ojos lloraban de rabia. El sol se empleaba a fondo en la mañana gaditana. Vaya si lo hacía. Y aquella estúpida torcedura de tobillo echaba a perder un día perfecto. Entreabrió los párpados como pudo, bañados ahora en sudor. Trescientos malditos metros le separaban de la comitiva y del hombre, el primero que se hacía a la mar en mucho tiempo. Tanto, que los viejos del lugar permanecían inmóviles y se entregaban a su condición de chimeneas.
- Padre, una cosa más – la voz grave rasgó el aire –. Ande, acérqueme uno de esos pitillos que sabe usté liar tan bien.
Sobresaltado, Don Paco salió del letargo y sacó de la recámara un ejemplar digno de su fama, que en un mal movimiento escapó de sus manos y fue a caer al agua. Hurgando de nuevo en el bolsillo cogió todo lo que necesitaba y comenzó la rutina con destreza.
- Aquí tienes. Toma el resto. Ya me haré con más.
El marinero envolvió con sus manos las de don Paco, tan poderosas antes .
– Gracias, padre.
Don Paco comenzó a balbucear algo inaudible y el hombre esquivó la emoción con un último sobrevuelo por aquellas gentes que le habían visto crecer, y que al volver a sus casas no sabrían que habían presenciado la más sincera declaración de amor: de entre todas destacaba una, y le decía en secreto con todo su cuerpo, “tú vuelve entero”.
Pese a su juventud Manuel prefería los gestos a las palabras, la tarea a la dialéctica. Era hombre de acción, y si alguien le hubiera preguntado por qué renunciaba a la seguridad del negocio familiar por un futuro incierto, habría respondido encogiendo los hombros y continuando con los preparativos.
Al izar la vela, Manuel vio que no proyectaba ninguna sombra sobre el Atlántico. Las doce del mediodía. "Medio día para llegar hasta aquí, con que sólo me queda otro medio para la aventura. Así sea." Pensó en María y soltó amarras.
¡¡Maldita sea!! – escupió de nuevo el muchacho, tan cerca y tan lejos de la gloria. Ayudándose de las manos, proyectó su mirada hacia la gallarda silueta y gritó con fuerza- ¡¡¡BUENA SUERTE, MANUEL!!!
A unos trescientos cincuenta metros, acariciado por los vientos del Sur, el hombre dejaba salir las primeras bocanadas de humo negro. Entonces giró el rostro y expulsó una centella que atravesó la escena e impactó en los ojos del muchacho, que se abrieron como platos.
Aquel héroe, que salía a enfrentarse a los designios de la Providencia con una cáscara de madera por escudo, le decía:
Trescientos metros.
La mirada fija en el puerto y en la muchedumbre que había acudido a despedirse del hombre. Ahogado, jadeante, sus ojos lloraban de rabia. El sol se empleaba a fondo en la mañana gaditana. Vaya si lo hacía. Y aquella estúpida torcedura de tobillo echaba a perder un día perfecto. Entreabrió los párpados como pudo, bañados ahora en sudor. Trescientos malditos metros le separaban de la comitiva y del hombre, el primero que se hacía a la mar en mucho tiempo. Tanto, que los viejos del lugar permanecían inmóviles y se entregaban a su condición de chimeneas.
- Padre, una cosa más – la voz grave rasgó el aire –. Ande, acérqueme uno de esos pitillos que sabe usté liar tan bien.
Sobresaltado, Don Paco salió del letargo y sacó de la recámara un ejemplar digno de su fama, que en un mal movimiento escapó de sus manos y fue a caer al agua. Hurgando de nuevo en el bolsillo cogió todo lo que necesitaba y comenzó la rutina con destreza.
- Aquí tienes. Toma el resto. Ya me haré con más.
El marinero envolvió con sus manos las de don Paco, tan poderosas antes .
– Gracias, padre.
Don Paco comenzó a balbucear algo inaudible y el hombre esquivó la emoción con un último sobrevuelo por aquellas gentes que le habían visto crecer, y que al volver a sus casas no sabrían que habían presenciado la más sincera declaración de amor: de entre todas destacaba una, y le decía en secreto con todo su cuerpo, “tú vuelve entero”.
Pese a su juventud Manuel prefería los gestos a las palabras, la tarea a la dialéctica. Era hombre de acción, y si alguien le hubiera preguntado por qué renunciaba a la seguridad del negocio familiar por un futuro incierto, habría respondido encogiendo los hombros y continuando con los preparativos.
Al izar la vela, Manuel vio que no proyectaba ninguna sombra sobre el Atlántico. Las doce del mediodía. "Medio día para llegar hasta aquí, con que sólo me queda otro medio para la aventura. Así sea." Pensó en María y soltó amarras.
¡¡Maldita sea!! – escupió de nuevo el muchacho, tan cerca y tan lejos de la gloria. Ayudándose de las manos, proyectó su mirada hacia la gallarda silueta y gritó con fuerza- ¡¡¡BUENA SUERTE, MANUEL!!!
A unos trescientos cincuenta metros, acariciado por los vientos del Sur, el hombre dejaba salir las primeras bocanadas de humo negro. Entonces giró el rostro y expulsó una centella que atravesó la escena e impactó en los ojos del muchacho, que se abrieron como platos.
Aquel héroe, que salía a enfrentarse a los designios de la Providencia con una cáscara de madera por escudo, le decía:
"el siguiente eres tú"
n a c o
a p o r t o d a s
e l f u t u r o e s n u e s t r o
a p o r t o d a s
e l f u t u r o e s n u e s t r o
15 comentarios:
Debes leer la Saga/fuga de JB; gonzalo Torrente Ballester.
lo haré, amigo
MUCHAS GRACIAS
n a c o
son 5.000
Muy interesante, naco. Las fotos chulísimas, como de costumbre. Y la conclusión... chapeau!
Marta
Equilibrio perfecto entre imagen y texto. Ya hablaremos de esto, naco, ya hablaremos. Al final nos marcaremos una novela a dúo.
E.C.
naco, algún día tienes que recopilar todas tus fotos,te quedaría un album muy bueno.
Excelente idea una novela a dúo osakeños.
50 más que en la batalla de las Termópilas. Y en una guerra cotidiana que no admite prisioneros. La mar besa y muerde.
gracias Marta y Sire! qué puedo decir! escribo cosas y luego les encuentro una foto mía que pegue... y me quedo de piedra al descubrir que hace meses me anticipé a la necesidad sin saberlo. Es decididamente reconfortante, como vuestros comentarios.
en cuanto a esa 'compilation', voy haciéndola poco a poco... es que es tanto material!! (llevo 38.000 disparos en menos de año y medio, pera que te hagas una idea...)
[Lo mío es enfermedad]
% [
Luis, me alegro de que estés en este lado de la galaxia, captando el sentido épico de la vida.
y E.C.
ya sabes lo que pienso
hablaremos por no callar
; )
n a c o
Hola Naco. He leido varios de tus post y me gusta lo que escribes y como lo escribes. Espero seguir visitándote.
Un saludo
pues bienvenido!
gracias!
n a c o
muy bueno naco...muy bueno...
Desde la distancia...el futuro es de quien lo persigue...
guti
jóeee gracias gracias gracias guti
n a c o
El futuro es ese sitio donde os volere a leer mañana, o pasado
pareil pour moi!
n a c o
en 38 mil disparos (!!!!!) seguro que hay fotograma para cada metro n a c o.
estos 350 están muy bien, y una buena conclusión, porque los siguientes somos todos.
buenas vacaciones! para ti y para todos los grandes de Osaka.
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