Territorio: el hospital.
Las salas están vacías a las cuatro de la mañana.
Las chicas de la limpieza se fueron ya hace rato.
Sólo quedamos yo y las enfermeras de guardia,
y tú.
Creo que aún sigues aquí.
La radio susurra estupideces:
estúpidos muertos, estúpidos fichajes de fútbol,
inútiles políticos y terroristas.
Sólo yo,
y tú.
Que aún huelo ese perfume en todas las paredes blancas
junto al olor a muerte y el olor a vida,
prácticamente iguales, sólo los diferencia tu presencia.
Ese decir aquí estoy, cómo te quiero,
te corto una flor salvaje de un jardín abandonado.
Nadie llama al móvil a las cuatro de la mañana.
Casi tan solo como en el velatorio de un tango en Manhattan.
Salas blancas y anémonas,
y plantas de plástico, y aburridas revistas,
y la familia de la chica de la 203,
yo deseando hacerte el amor y besarte,
y tu cuerpo, en coma, sobre esa cama.
Para los que, sin estar, están.
E.C.
ser es más que estar
28 dic 2006
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a r c h i v o
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(estamos) llamados a ser
3 comentarios:
Que son una inmensa minoría.
Precioso.
es uno de mis poemas favoritos
pero sobre todo uno de los mejores poemas que has escrito
[ y me quedo doblemente corto ]
n a c o
y esto me recuerda cierto ambiente de no hace mucho
MET
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